Poca repercusión a tenido en la sociedad el inminente encuentro en Copenhague destinado a dar por concluido el Protocolo de Kioto e iniciar uno nuevo.
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Esta información, no obstante, ha sido ampliamente difundida en todos los medios de comunicación. Lo que sabemos luego de leer el Tratado Copenhague listo a ser firmado en Diciembre de 2009, es que bajo una mascara de proteccionismo ambiental y correcta correlación de costos y responsabilidades para los países que mayor cantidad de polución producen, se esconde un oscuro propósito de modificación de conceptos de gobierno y de integración global.
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Bien podríamos decir que este tratado propone cambios de gobierno y de colaboración internacional en la materia, pero con la rigurosidad que el Pacto de Kioto nunca tuvo. El resultado, un gobierno mundial paralelo que audite permanentemente en pos del balance ecológico del planeta, incluso con su propia “policía ecológica”. El cambio, viene de la mano de un tema tan altruista e importante como es el del cuidado de nuestra querida Tierra, pero como siempre la Elite se encarga de tomar verdades, mezclarlas con mentiras y perseguir sus propios intereses.
En la edición del Wall Street Journal del 28 de Octubre se lee lo siguiente:
Sólo podemos esperar que los líderes mundiales no hagan más que disfrutar de un agradable paseo en bicicleta alrededor de las encantadoras calles de Copenhague durante diciembre. Porque si realmente gestionan exprimir un acuerdo basado en el proyecto de texto actual del Tratado de Copenhague sobre el cambio climático, el mundo se llevará algunas sorpresas desagradables. ¿Proyecto de texto, dices? Si usted no ha oído hablar de esto, es porque ninguno de nuestros locuaces líderes políticos se ha molestado en decirnos lo que los redactores ya han improvisado para consideración de los dirigentes. Así como tampoco en los medios.... (Seguir leyendo la nota)
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