La ex Casa de Gobierno no debiera ser tema de cenáculos de expertos… debería ser el asunto de todos los que moramos y amamos la ciudad. Alberto Baulina
Ahora que es indetenible; ahora que el inminente vacío cargará durante años con su apelativo de ex Casa de Gobierno; ahora que (nuevamente) nos han llevado la delantera; ahora que nos reconocemos en la proverbial falta de cohesión de independientes; ahora que el espejo nos devuelve un rectángulo vacío.
Ahora no queda tiempo de cargar contra nuestra querida Universidad Nacional (por estos años, una dependencia consular del Ministerio de Planificación Federal), ni contra nuestra Facultad de Arquitectura, a la que como siempre las cosas le pasan o le suceden.
No queda tiempo de compromisos institucionales en nuestra pía Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica, por estas semanas de vacaciones, sol y arena.
No queda tiempo de amparos en la corporación profesional de los arquitectos, nuestro cegetizado Colegio, más dispuesto
al brindis, al saludo por la calle y a las aristas redondas. No queda tiempo tampoco de movidas en sus (Arqui) textos. No es tiempo de demandar a nuestros semejantes un compromiso más consistente con el hogar común que es toda ciudad. Demasiado difícil la tienen, claro, pero deben integrarse.
al brindis, al saludo por la calle y a las aristas redondas. No queda tiempo tampoco de movidas en sus (Arqui) textos. No es tiempo de demandar a nuestros semejantes un compromiso más consistente con el hogar común que es toda ciudad. Demasiado difícil la tienen, claro, pero deben integrarse.
Ahora es tiempo de ciudades por partes, no de ciudades para todos; de sujetos y no semejantes; de tipos y no ciudadanos. Ahora es tiempo de vallados en el precinto del saqueo en obras, de Caterpillar y Scania, de policías que no dejan pasar a ver la barbarie. El procedimiento profundamente inmoral de este asunto “Centro Cívico”, “Nueva Terminal de Ómnibus”, “Futuro Parque de las Tejas” con su ahora “ex Casa de Gobierno” no debiera ser tema de cenáculos de expertos… debería ser el asunto de todos los que moramos y amamos la ciudad. Claro: no sólo somos arquitectos.
Y sí es también la foto de nuestra deconstrucción ciudadana, de los repetidos contubernios de medianoche a fin de año, de declaraciones progres y acciones retro, de cortesanos mordiendo un poco en el banquete del capital que combate el partido del poder. De distracciones reductivas al proponer como tema el valor patrimonial, sí o no, distrayéndonos de la verdadera dimensión corrupta del fenómeno ante:
a) La enésima operación multimillonaria de adjudicación directa al conglomerado empresarial del poder, el que ha ejecutado todas las obras de escala, en Córdoba (De la Sota) y en Argentina (Kirchner).
b) La confirmación de que en este distrito existen dos clases de profesionales, los de a pie y los participados al banquete.
c) Instituciones públicas en sordina: nuestras escuelas de arquitectura, sociedades de arquitectos, asociaciones culturales.
d) Otra plétora de ONG ecologistas, más preocupadas por (im) probables desapariciones abstractas, pero indiferentes a la real y cotidiana desaparición de nuestro verdadero medio natural: la ciudad.
e) Una olvidable gestión municipal con mala conciencia y menos ideas, a la que una asociación privada (Córdoba Nuestra) le diseña, con el bolsillo de todos nosotros, un branding de veredones e imágenes catalanas en sectores que mejoran su cotización.
f) Una oposición política guiada desde consultoras de imagen y encuestadoras.
g) Una izquierda movilizada por hechos ocurridos hace 35 años, pero no por lo que pasa hoy y aquí.
En fin, de la cotidiana confirmación de nuestra avanzada decadencia como colectivo civil. Pero es el momento también de mirar al semejante, al que tiene la misma sed, al que le duelen las mismas cosas, al que no está dispuesto a levantar el dedo acusador ahora y la copa del brindis mañana, al que le da mucha vergüenza celebrar estos ejemplos nefastos ante las jóvenes generaciones de estudiantes en un “haz lo que digo pero no lo que hago, Y sobre todo, cómo lo hago”. Es el momento de comenzar, afirmar nuestra opinión, reunirnos y movilizarnos.
*Arquitecto — Profesor de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo UNC
Ver Fuente: La voz del interior 30/01/2011
1 comentario:
Arq. Alberto Baulina lo felicito, una sinceridad atropellante y totalmente necesaria.
Que paradoja un Arquitecto tan despierto, con fundamentos tan sólidos, que forma parte de una Facultad tan dormida y con escasos fundamentos, tal vez hay otras preleocupaciones en nuestra honorable institución. Arq. Baulina, usted genera la sensación de que la arquitectura y el diseño, no solo es arrodillarse frente al fálico mercado o gobernante de turno, coincido con usted, compromiso, compromiso, compromiso y sensibilidad para darnos cuenta de que es lo que le pasa al del lado.
Publicar un comentario